Pena de muerte

Aunque pueda parecer una práctica obsoleta, lo cierto es que la pena de muerte todavía está vigente en unos 30 países en todo el mundo. Pero lo que resulta más estremecedor es que en muchos Estados en donde la pena capital ha quedado desfasada, no hace mucho era una práctica legal. En el caso de España, la pena de muerte dejó de estar recogida por la ley en 1995. Hace dos días, vamos. Nos encontramos, pues, no sólo ante un tema espinoso, sino de máxima actualidad. El tema de las ejecuciones suscita opiniones de toda índole, y no sólo dentro de partidos políticos o grupos religiosos, también en el propio ciudadano. Se trata, en definitiva, de una práctica que da lugar a encendidos debates. En este sentido,  Pena de Muerte (Tim Robbins, 1995) supone un arrojo de luz en medio de un tema del que todo el mundo opina, pero sobre el que aún existe mucha desinformación.

Pena de muerte está basada en la vida de la religiosa Helen Prejean, una monja convertida en una de las mayores activistas contra la pena de muerte en EE.UU y que fue consejera espiritual de muchos de los condenados. La estrecha relación que llegó a mantener con algunos de los reclusos le llevó no sólo  estar presente en muchas de sus ejecuciones, sino incluso a escribir un relato autobiográfico titulado Dead man walking, de donde la película coge el título.

Pena de Muerte narra la historia de un preso condenado al pabellón de la muerte, Matthew  Poncelet (Sean Penn) que escribe una carta a una religiosa, la hermana Helen (Susan Sarandon), con el objetivo de que le sirva de guía en el infierno en el que vive, además de ayudarle en su proceso de absolución. Ella, pensando en lo angustiosa que debe ser la cuenta atrás y poniéndose en el lugar de los familiares del condenado, acepta. A partir de ahí se establecerá una férrea conexión entre ambos, mutuamente enriquecedora, en la que la religiosa ratificará su idea de que detrás de un condenado a muerte se esconde un ser humano. Una vida.

«- Los 2 tenemos algo en común – apunta la hermana Helen.

– ¿El qué?
– Ambos vivimos con los pobres».

Este diálogo, extraído de la escena en la que ambos protagonistas se ven por primera vez, da buena muestra del gran nivel de diálogos y guión en general de la película, escrito por el propio director, además productor de la cinta. Es en este primer cara a cara donde tanto la religiosa como el presunto criminal se empiezan a conocer, a desnudar sentimentalmente. Matthew, en este sentido, incluso le confiesa que tiene una hija. Para llevar a cabo su tarea, Helen no sólo tendrá que enfrentarse con todo su entorno (familia, vecinos…) por la decisión de ayudar a un hombre condenado por violar y matar a una pareja de adolescentes, sino que incluso llega a ganarse el odio de los padres de los menores asesinados y de una parte importante de la sociedad (que la llega a acusar incluso de comunista). Deberá lucha contra viento y marea por defender su idea de que la vida humana no debe ser arrebatada por nadie, salgo por Dios. Una tarea nada fácil teniendo en cuenta que es precisamente EE.UU uno de los países en donde las ejecuciones cuentan con un apoyo mayoritario de la población.

– «Matthew Poncelet es un hombre que ha violado a una chica, y después la ha matado junto a su novio. ¿Sabe dónde se está metiendo, hermana Helen? ¿Por qué lo hace? – le pregunta el cura de la cárcel a la religiosa, nada más llegar.

(silencio)
– Porque Matthew me escribió pidiéndome que viniera»

Pero si hay algo realmente destacable del film es que nunca, a lo largo de toda la relación que mantienen Helen y Matthew, se posiciona en ninguno de los dos bandos. La mayoría de películas que existían bajo esta temática se mostraban claramente favorables a la familia de las víctimas; sin embargo, Tim Robbins, en un acto de valentía, optó por dar un enfoque neutro retratando todos los puntos de vista (ahí tenemos a esos padres desesperados porque le han arrebato a sus hijos, lo que más querían en la vida). Esto es lo que convierte en imprescindible a la película: la forma tan real en la que están expuestos los hechos, sin caer en tópicos, sentimentalismos baratos o posturas ideológicas (a pesar de que algunos llegaran a considerarla, injustificadamente, de ser una película de izquierdas). Tonterías.

La película logró 4 nominaciones a los Oscar, de los cuales Susan Sarandon (mujer del director por aquella época) ganó el correspondiente a Mejor Actriz por su comedida interpretación de la hermana Helen. Un papel dificilísimo que supo bordar hasta en el último matiz, al igual que Sean Penn, uno de los grandes actores de Hollywood, en el papel de un condenado a muerte. Pocos actores como él hubieran sabido transmitir al espectador toda la angustia y desesperanza que una situación así conlleva.

A nivel musical, destacar que Bruce Springsteen compuso para la cinta la canción Dead Man Walking, del mismo nombre que el film. Por este tema consiguió su primera nominación al Oscar, después de ganarlo con Streets of Philadelphia, banda sonora de la igual de imprescindible Philadelphia 

Desde el punto de vista del espectador siempre es de agradecer las películas que invitan a una profunda reflexión, máxime cuando es una cinta tan honesta y sincera como Pena de Muerte. No hay trucos, no hay engaños. El director se limita a poner las cartas sobre la mesa. Y, a partir de ese dilema moral que plantea y conociendo todos los puntos de vista, que cada uno saque sus propias conclusiones sobre un asunto tan espinoso y controvertido como el de la pena de muerte. Una película para pensar. 

7 comentarios en “Pena de muerte

  1. Siempre me he preguntado por qué fue tan corta la carrera como director de Tim Robbins. Adoro a este hombre. A menudo decimos eso de que a un artista (músico, escritor, director de cine…) no hay que juzgarlo por cómo es, sino por su obra. Casos como el de Robbins demuestran que se puede ser una estrella y tener una comportamiento modélico. Por cierto, como veo que aceptas retos, te dejo encargado algo de David Lynch para un día de estos. Besosss 🙂

    • Me quedan por ver muchas pelis del Tim Robbins actor/director, pero desde luego que lo poco que conozco me encanta. Me encanta como director en Pena de Muerte, pero sobre todo me encanta como actor en Cadena Perpetua, donde hace un papelón, y también en Mystic River, esa maravilla de Clint Eastwood por la que ganó además el Oscar. Llevas razón con lo del comportamiento modélico. Ha sido un hombre que no ha dado escándalos y que incluso su divorcio con Susan Sarandon fue de lo más discreto. Y respecto a lo de David Lynch…. acepto el reto!! jajaja, de él me gustaron terciopelo azul y corazón salvaje… te vale cualquiera de estas dos para el blog?;) besos fiel seguidora! ^^

  2. Es una película super cruda, y triste, pero el fondo de la cuestión es, ¿quién es esa persona que puede decir quien muere o no?. A mí no me gustaría estar en ese pellejo. Muy buena película.

    • Se me ha olvidado poner que la peli puede herir algunas sensibilidades… pero yo creo que solo viendo una peli así, tan real, la gente puede concienciarse del drama de la pena de muerte. Y desde luego… nadie debe (o deberia) decidir la muerte de una persona, por muchas cosas deleznables que haya hecho… La película nos cuenta la otra cara de la moneda, esa de la que poca gente habla: la FAMILIA de la victima… nadie piensa que ese condenado a muerte tiene unos padres, hijos, etc?? vamos, es mi opinión personal.

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