Jorge Coira: «En el cine español hace falta una política fiscal que favorezca la inversión privada».

La noche del 6 de febrero del 2016 el director, montador y guionista Jorge Coira (Rábade, 1971) vivió el que sin duda fue uno de los momentos cumbres de su trayectoria profesional: fue la noche en la que recogió el Goya al mejor montaje por El desconocido (2015), deslumbrante ópera prima de su amigo Dani de la Torre. Hasta entonces, el cineasta gallego atesoraba una amplia carrera en televisión, publicidad, teatro y también en cine, donde alumbró su mejor trabajo hasta la fecha: «18 comidas» (2010), una historia coral producida y protagonizada por su colega desde la infancia Luis Tosar con la que reír, llorar y apreciar las pequeñas cosas de la vida. De este trabajo tan significativo -y tan poco conocido, injustamente, por el gran público-, de lo que significó para él ganar un Goya y de los títulos del cine español que espera con más ganas hablamos con un realizador que, aunque en la sombra, se está construyendo una carrera de lo más interesante basada en la búsqueda constante de nuevas formas de rodar, narrar y contar. Si leen esta entrevista le conocerán un poquito mejor. 

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Jorge Coira con el Goya al Mejor Montaje por «El desconocido». El cineasta asegura que el montaje es una de las fases en la que más disfruta y confiesa además que acompañar a Dani de la Torre en su primera película fue «un regalazo».

Lo primero, enhorabuena por tu merecido Goya al Mejor Montaje por “El desconocido”. ¿Qué ha supuesto para ti trabajar en esta película?

Pues la verdad es que fue una experiencia brutal. Para mí montar es una de las partes del proceso que más disfruto y, aunque no lo suelo hacer para otros directores, poder acompañar a Dani de la Torre en su primera película fue un regalazo. Dani es amigo desde hace muchos años y para mí fue una gozada estar con él en todo el proceso, ayudarle, aprender de él… y además, tenía muchas ganas de trabajar con la gente de Vaca Films -Emma Lustres y Borja Pena-, así que fue una experiencia de aprendizaje total.

De entre toda tu trayectoria profesional permíteme quedarme con “18 comidas”, una de esas joyas desconocidas del cine español. ¿Fue un rodaje fácil?

18 comidas fue un rodaje muy fuera de lo común. Y no sé si fácil es la palabra… quizá sí, porque fue todo bien desde el primer día… bueno, en realidad la primera escena que rodamos -el desayuno de los borrachos- y la última -la fiesta de cumpleaños- fueron escenas en las que nos liamos más de lo debido y no fueron fáciles; pero excepto esos dos momentos, todo el rodaje fue realmente bien. Pero por otro lado, fue un rodaje muy difícil emocionalmente. Los actores se dejaron el alma y vivimos momentos realmente emotivos y de una intensidad muy bestia. Fue muy especial.

En mi opinión “18 comidas” no tuvo la difusión en salas que se merecía, máxime teniendo en cuenta el amplio recorrido en festivales internacionales que tuvo. ¿A qué crees que fue debido?

En realidad, 18 comidas es una película que nació con esa vocación de ser una apuesta en los márgenes de la industria. Yo quería trabajar con total libertad y hacer cosas fuera de lo común (trabajar con técnicas de improvisación, mezclar idiomas de forma muy anárquica, como en la vida real…), y si apuestas por algo así, sabes que nunca vas a tener ni un gran presupuesto, ni una distribución masiva. Pero lo cierto es que nos quedamos muy satisfechos con el resultado en salas. Y luego, la respuesta en festivales y en ventas internacionales fue mucho mejor de lo que pudiésemos soñar.

Además de ser uno de los actores principales de “18 comidas”, Luis Tosar también ejerció de productor. ¿Cómo llegó al proyecto?

Luis es amigo desde hace muchos años (desde que éramos adolescentes) y cuando empecé a plantear en serio la posibilidad de hacer esta película, pensé que había dos papeles que él podría hacer, así que se lo comenté, le expliqué cómo pensaba rodar la película, cuál era el tono, el espíritu, el tema… y él se embarcó escogiendo el papel del músico callejero. Y una vez dentro, se ofreció a participar como productor. Fue muy generoso en todos los sentidos. Como amigo y, sobre todo, como actor, porque asumió un riesgo enorme al lanzarse, sin red, a una experiencia en la que tenía que dejarse llevar y vivir una situación emocional muy intensa.

Has trabajado tanto en cine como en televisión, ¿crees que la ficción televisiva española atraviesa una edad de oro, tal y como dicen?

Creo que está entrando en esa fase. Sin duda cada vez se hacen mejor las series en España, pero aún falta dar pasos decididos hacia historias más arriesgadas y potentes. Y creo que en este año se van a dar pasos importantes en ese sentido.

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Jorge Coira asegura que después del rodaje de «18 comidas» estuvo más de un año viajando y dedicándose a sí mismo. A día de hoy espera sacar adelante un nuevo largometraje.

¿Qué has estado haciendo en estos 6 años que llevas sin dirigir cine? ¿Te planteas volver a dirigir un largometraje?

Sí que me lo planteo, por supuesto. Pero la vida corre mucho. Después de 18 comidas estuve más de un año viajando y dedicándome a mí mismo. Después de eso he estado haciendo documentales, series de televisión y, desde hace un tiempo, intentando levantar un proyecto de largometraje que espero no tardar mucho en poder hacer.

Tu formación ha sido principalmente autodidacta, pero si tuvieses que escoger tres referentes del cine español de los que has aprendido y sigues aprendiendo, ¿quiénes serían?

Hay muchísimos grandes maestros en el cine español, pero de centrarlo en sólo tres, creo que serían… Berlanga, Isabel Coixet y Fernando León.

Parte de tu trayectoria profesional tuvo lugar en la Televisión de Galicia. ¿Qué importancia tienen las televisiones nacionales (públicas y privadas) y autonómicas en el cine español?

Las televisiones tiene una importancia capital. La tienen en todas partes, pero en España especialmente, ya que no tenemos mecanismos de financiación privada que funcionen. Esto provoca que, basicamente, sólo se hagan películas financiadas por televisiones, o películas de bajo presupuesto. Y está muy bien que existan estos dos tipo de producciones, pero nuestro cine sería mucho más rico, diverso y plural si existiese, igual que en muchos otros países, una política fiscal que favoreciese de verdad la inversión privada.

¿Cuál es la película española que aún no se ha estrenado que más ganas tienes de ver? ¿Y la que más te haya gustado del pasado año?

Pues respecto a lo que está por venir, hay varias películas que me apetece mucho ver: Toro, de Kike Maíllo; El Olivo, de Iciar Bollaín; Julieta, de Almodovar ();El Bar, de Álex de la Iglesia; Un monstruo viene a verme, de Bayona, El hombre de las mil caras, de Alberto Rodríguez; y la primera película -por fin- de  Esteban Crespo…

Y sobre la que más me gustó del año pasado, de nuevo, hay muchas… pero por eso de acortar la lista, citaré sólo tres: Un día perfecto, de Fernando León de Aranoa; Truman, de Cesc Gay; y Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet.

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