En un mundo en el que 2 de cada 3 matrimonios acaban en divorcio y en el que el noviazgo entre personas tiene cada vez menos garantizado el happy end, ¿es descabellado plantearse la relación amorosa entre un hombre y un androide? O, dicho de otro modo: ¿llegará un punto en el que le declaremos nuestro amor a un robot? Her (Spike Jonze, 2013) no sólo se construye en torno a esta máxima, sino que consigue el más imposible todavía: hacerla creíble a ojos del espectador. El quinto largometraje del director de Cómo ser John Malkovich (1999) o Donde viven los monstruos (2009) es un vodevil romántico de primer nivel, una historia que impacta por su sutileza, inteligencia y capacidad de emocionar. A raíz de un argumento menos descabellado de lo que parece -la interacción del ser humano con las androides es una realidad imparable, guste o no-, Her conmueve por una historia de amor sincera: la de Theodore (Joaquin Phoenix) y Samantha, el nombre de un nuevo sistema operativo de Inteligencia Artificial. Y, todo, a ritmo de Arcade Fire.
El hecho de que el protagonista se encuentre superando los últimos coletazos de su tortuosa relación sentimental no es casual; viene a demostrar lo difícil que es mantener una relación afectiva en un mundo cada vez más tecnológico, más transformable. Ambientada en un futuro próximo, la nueva historia de amor que inicia Theodoro no es con una máquina común, fría y distante. Al revés: el vínculo especial que se establece entre ellos se debe, en buena medida, a la fascinación que a éste le produce la forma de ser, pensar y actuar de su nueva adquisición, que además de proporcionarle el consuelo, el afecto y las risas que parecía pedir a gritos -la escena del parque de atracciones-, también le satisface en el terreno sexual -en el momento de jadeos con el fundido a negro Her, simplemente, toca la estratosfera-. ¿No es acaso todo esto lo que cabría exigirle a alguien con el que compartir tu vida? ¿No es la forma en la que conectan, se escuchan y se desahogan estos dos seres la expresión romántica más pura que pueden establecer dos personas reales? Sí, reales: tan real como la ilusión que él siente, tan real como la forma que tiene de evadirse de todo en cada uno de sus monólogos, tan real como la palpable química entre ambos. Si algo o alguien te hace feliz y te devuelve las ganas de vivir, ¿quiénes son los demás para juzgarlo?
Lo que diferencia a esta película de otras cintas de temática futurista es que se toma muy en serio a sí misma; sabe que habla de algo que será una realidad en los próximos años. Por ello, se encarga de derribar el escepticismo que aún existe con este tema en cada una de las conversaciones que establece Theodoro -un más que convincente y omnipresente Phoenix, en el mejor papel de su carrera junto con el de Two Lovers (James Gray, 2008)-, con este sistema operativo, cuya voz corre a cargo de una Scarlett Johansson que convierte el visionado de la película en versión original en una experiencia absolutamente irrepetible. La actriz estuvo a punto de ser nominada al Oscar gracias a su habilidad para moldear su timbre de voz y su capacidad de transmitir sin que aparezca un segundo en pantalla. Idilio romántico aparte, lo que también plantea Her son dos sesudos debates acerca de la dependencia de los androides en nuestra vida. En primer lugar, nos hace reflexionar hasta qué punto la tecnología nos hace más o menos sociables. Es decir, si ayuda a la interacción con otros seres humanos o si, por el contrario, fomentan la individualidad -genial la escena del metro, en el que las personas van caminando hablando con su sistema operativo, ignorando a la gente de su alrededor-. En este debate acerca de la -posible- deshumanización de la sociedad también se plantea la cuestión de si la tecnología nos hace más esclavos o más libres. La película, aséptica, lanza ambas cuestiones para que cada cuál saque sus conclusiones.
A pesar de que compitió en los Globos de Oro en el apartado de comedia, Her es un drama de los pies a la cabeza. Una película que se digiere de maravilla y se ve con una sonrisa en la cara, pero un drama al fin y al cabo. Y de los que hacen época. Nominada a 5 Oscar -Mejor Película y Mejor Guión incluidos-, la obra no es solo lo que nos cuenta, sino cómo nos lo cuenta: orfebrística y de estética deslumbrante, la puesta en escena de este artefacto minimalista está en sincronía con su temática. Envuelta en colores pastel, ninguno de sus escenarios está colocado al azar y sirven para introducir al público de lleno en una historia que se ha catalogado como ciencia ficción, pero que es justo lo contrario: tan verídica como cada una de las lágrimas que derrama su protagonista al saber que ha encontrado en una maraña de cables lo que no ha vislumbrado, ni por asomo, en 50 años de matrimonio.
Hace aproximadamente media hora que acabo de ver la película y todavía no sé qué decir….
Me ha dejado sin palabras.
Al principio me pareció una ida de olla alucinante, pero según iba avanzando la película me metí más y más en ella hasta el punto que al final me entró ansiedad y todo.
La escena final me recuerda un montón a la de la película BABEL, cuando una de las protagonistas aparece totalmente desnuda en la terraza y de repente se abre el plano y aparece toda la ciudad de Tokyo iluminada. Para mi esa escena es la mayor representación que se puede hacer de la soledad: la chica sordomuda, aislada del mundo… completamente desnuda, con una personalidad depresiva y rodeada de millones de personas, lo que ahonda si cabe más a describir ese sentimiento de soledad.
Para mi, la gran historia de amor en el cine siempre ha sido LOS PUENTES DE MADISON, pero a partir de ahora, he de decir que HER también va a estar ahí como una de esas películas de cabecera.
Va a ser una película que me dará qué pensar en las próximas semanas, lo mismo que hizo LA VIDA DE ADELE.
Por cierto, yo la vi en V.O. y la voz de SCARLETT JOHANSON me pareció TRE-MEN-DA…. Creo que yo también me habría enamorado de ella.
No sé, no tengo palabras para describir lo que siento ahora mismo, solo decir que si hay justicia en el mundo del cine, debería llevarse el Oscar al mejor guión original SÍ o SÍ.
Es de las pocas películas que le daría un DIEZ.
Entiendo perfectamente lo que dices porque «HER» es de esas películas que te dejan en estado de shock al acabar la proyección… Y sí, versa en V.O es obligatoria por la sensacional voz de Scarlett. Una delicia de película de principio a fin, de lo mejor del año. Yo no le pondría un 10 como tú, pero sí un 9.