No hay mejor reclamo publicitario para una película que el haber estado 10 semanas consecutivas en el número uno de las más vistas en Francia, llegando a alcanzar los 20 millones de espectadores. Fenómeno insólito el protagonizado por Intocable (Olivier Nakache & Eric Toledano, 2011), la que es ya una de las películas más taquilleras de la historia del cine galo, junto con ese otro hito que supuso Bienvenidos al norte (Dany Boon, 2008). Precedida por su buen boca a boca -sin duda, la mejor campaña de marketing-, esta comedia francesa con tintes dramáticos trasladó su éxito a España. Y lo cierto es que se lo merece: son pocas las películas que llegan a la cartelera donde las risas estén aseguradas desde el primer minuto. Basada en una historia real, Intocable narra la vida de Driss (Omar Sy), un inmigrante recién salido de la cárcel que dejará su barrio marginal y pasará a cuidar a Philippe (François Cluzet), un aristócrata que quedó tetrapléjico por un accidente de parapente. Y lo cierto es que, aunque al principio no parece la persona más adecuada para el puesto, con el paso de los días irán forjando una amistad entre ellos increíblemente enriquecedora para ambas partes…
Con ecos de cine social, esta película vitalista y fresca a partes iguales, destaca por su capacidad por conectar con el público, de su condición de llenar las multisalas sin aparente esfuerzo. Y es que, aunque la historia en sí pueda parecen tan simple como poco cinematográfica -no olvidemos que está basada en un documental-, lo cierto es que este ejercicio de puro cine francés resulta tremendamente eficaz, marca el camino a seguir para producciones posteriores y quizá ofrezca la llave para paliar los efectos de la crisis en la industria. ¿Y por qué ha sido un acierto? Veamos: dejando al margen la necesidad de este tipo de cine para que el gran público desconecte de sus problemas, Intocable destaca por su capacidad de tocar la fibra sensible de un espectador con la sonrisa grabada en su rostro sabiendo que, en el fondo, la historia en sí no destaca por su comicidad. Por otro lado, en una época de crisis de valores -con el racismo por bandera- resulta cuanto menos curioso que una persona negra se erija como el nuevo héroe contemporáneo del S.XXI al tratar de hacer realidad todos los sueños de una persona blanca como es Philippe; este hecho, nada casual, ha sido uno de los grandes aciertos de los productores. Pero aún hay más.
A pesar de sus chistes infantiles, a veces incluso de mal gusto -esas constantes referencias a la enfermedad de su paciente, con frases tipo: «no hace falta que se levante», con guiños a la antes citada Bienvenidos al Norte- no se puede negar que, en líneas generales, Intocable rezuma humor inteligente por los cuatro costados, que alcanza sus mayores cotas de genialidad cuando Philippe expone sus exquisitos gustos (en la ópera, en el museo…) ante su perplejo acompañante, la viva antítesis. Precisamente en la sala de exposiciones se produce uno de los momentos clave de la película cuando Driss pregunta qué es el arte. El arte es la huella que dejamos en nuestro paso por la vida, responde un reflexivo Philippe en la que quizá sea la máxima que resume el espíritu de una película en la que ambos -aunque no lo sepan- están haciendo historia: uno de ellos demostrando que puede ofrecer toda su vida al servicio de un discapacitado, y el otro por demostrar que este tipo de personas aún pueden gozar de una existencia plena, reconfortante y cargada de sorpresas. En definitiva: siempre hay algún motivo para seguir viviendo. En relación con esto, el paseo en parapente constituye el mayor canto a la vida del film, así como la manera que tiene Philippe para superar sus miedos volviendo a practicar el mismo deporte que un día le imposibilitó valerse por sí mismo. La belleza de las imágenes, dicho sea de paso, es espectacular.
Con sutiles referencias a la crisis económica (la escena en la que, escuchando Las 4 estaciones, de Vivaldi, Driss apunta: ¡Esta canción es súper famosa… la oigo entera siempre que llamo al Centro Nacional de Empleo!), esta sorpresa del cine francés también sobresale por su total ausencia de cualquier manipulación emocional, consiguiendo, gracias a su eficaz dirección, que hasta los momentos emotivos (cuando Philippe ve a Driss alejarse por la ventana), resulten tan sinceros y honestos como los cómicos. La banda sonora, en su mayoría música clásica, constituye otro de los aciertos de una película en la que ambos protagonistas acabarán de realizarse como personas gracias a las aficiones de la otra parte. En este sentido, los momentos de Driss transformado en un pintor de éxito o de Philippe luciendo pendiente son especialmente significativos
Con un final cíclico (la sucesión de escenas iniciales se repiten prácticamente al final de la historia, logrando encajar las piezas de un puzzle que hasta entonces había quedado un tanto deforme), esta película encargada de clausurar la edición de 2011 del Festival de Cine de San Sebastián, ha venido para quedarse. Y siempre estará en nuestras estanterías como esa cinta a la que recurrir como puro ejercicio de evasión, como uno de los mayores ejercicios de tolerancia de la historia del cine y como una nueva muestra de cómo hay vida (inteligente) más allá del made in Hollywood.
Hay de todo y para todos. A quién no le ha parecido gran cosa, nada a destacar, caben personas o gente así también, sin embargo quién desarrolla el arte de la sensibilidad ve lo que tú e incluso más allá. Racismo, inmigración, valores en declive como compañerismo, complicidad, generosidad, …a quienes esa música fue nuestra, un tunel en el tiempo. Hay esperanza, derroche de emoción y contraste entre tanto y tan poco. A veces hay que ser rudo y no dejar de ser ni noble ni justo. En definitiva habla de tanto que habría que comentarla tras verla una y otra vez. A mi me llenó mucho, me sorprendió en una época en que poco sorprende bien por que está inventado bien por que está gastado. De todo un poco, en definitiva muchísimo.
Totalmente de acuerdo contigo!! Un placer que comentes el blog y que estemos de acuerdo en que hay películas que, sólo por la ausencia de valores de la sociedad actual, merecen la pena existir. No hay duda que «INTOCABLE» es una de ellas. Estoy pensando en incluír tu comentario en la crítica! jajaja, Un beso queridísima Pepa!
A los 5 minutos de película ya me había enganchado el carisma de ambos personajes!!!! me pareció que sólo tenía una hora de duración, disfrute muchísimo, y además prendí y comprendí algo importantisimo para la vida, SIEMPRE HAY QUE LUCHAR, sin duda ayer tuve un día muy enriquecedor, doy gracias por rodearme de gente que siempre intenta superarse y mejorar a pesar de las dificultades de la vida, terminar el día viendo esta película fue muy motivador.
Pablo tu crítica es inigualable, se qué película debo incluirla en mi programación 😀 todo el mundo debería verla.
Me alegra no sabes cuanto oír esas palabras!! Veo que la película ha calado de lleno en ti, así que prueba superada! 🙂 A veces el cine tiene un gran poder social, y esta película es uno de los mayores ejemplos en una sociedad cada vez más carente de valores.
¡Gracias por tu fidelidad al blog Araceli! Un beso!
Maravillosa, grandiosa, no tengo calificativos. No me he reído más en mi vida. Los protagonistas sublimes. El negro esta bordado con los chiste.Un film muy positivista, pero también refleja la dura vida de cada uno de los protagonistas
Es lo bueno de la película, que desde el primer minuto hasta el último te estás riendo. Sales del cine con una sensación parecida a la de «The Artist», con muchas ganas de vivir. Y llevas razón en eso que dices, que detrás de tantas risas hay un terrible drama para cada uno de los protagonistas… gran película que ya es el gran fenómeno del año.
UNA OBRA MAESTRA, mucho más que algunos clásicos sobrevalorados.
Totalmente de acuerdo contigo! El público está de tu parte, sin duda, porque la han convertido en la película más taquillera de la historia de Francia.
No me canso de ver esta película. Lo que me engancha es la relación tan honesta que mantienen ambos personajes. Ver como se tratan con total normalidad, aceptándose a sí mismos desde el respeto y con sus principios intactos.
Pensamos igual. «Intocable» es de esas películas que por mucho que las veas no te cansas de verla. Yo la vi en el cine y el público aplaudió al final, quizá porque es un film necesario en los tiempos que corren. Habla del respeto, de la tolerancia y de ayudar al prójimo, valores que con la que está cayendo no son muy normales que digamos. Gracias por leer mi blog. Un abrazo!!